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El Duplicador de Materia

Leyes y Leyes

Leyes y Leyes En el post anterior señalaba que las editoriales y las discográficas serán, probablemente (lo son ya en buena medida) las primeras víctimas de la "revolución de la información". Las discográficas han sido las primeras en sufrir en sus cuentas de resultados las consecuencias económicas de esta revolución. El enemigo se presenta en dos frentes: el "top manta" y los programas peer to peer (P2P). Por supuesto, ambas actividades son, como mínimo, de dudosa legalidad y se califican de piratería.

Sin embargo, el meollo de la cuestión es probablemente la inadecuación del modelo empresarial de las discográficas a la nueva realidad tecnológica. Por mucho que las leyes de Propiedad Intelectual amparen su postura, las leyes de la economía acabarán haciendo insostenible el modelo de negocio actual. Existen leyes y leyes, y no todas las promulga un cuerpo legislativo. Las leyes de la economía son mucho menos eludibles que las que se publican en el BOE.

Una de esas leyes afirma que en un entorno de economía competitiva, el precio de un bien debe ser igual al coste que supone producirlo. Para ser precisos, el coste que marcará el precio de un artículo será su coste marginal, esto es, el coste de producir una unidad adicional del bien en cuestión. La razón de que sea el coste marginal la magnitud relevante es que mientras el precio sea superior a ese coste, existen incentivos a producir una unidad adicional del artículo en cuestión, venderla y obtener un beneficio adicional. En consecuencia, un precio superior al coste marginal tiende a aumentar la oferta de ese producto y, por consiguiente, se produce una presión a la baja del precio.

Por supuesto, pueden darse situaciones en que el precio sea mayor al coste marginal. En economía, estas situaciones vienen casi siempre vinculadas a circunstáncias de monopolio. Las discográficas tienen el monopolio sobre una de las materias primas de su negocio: los derechos de autor. La razón por la que yo no puedo vender CD's con canciones de Sabina, por ejemplo, es que no tengo la propiedad sobre sus derechos de autor. Pero un monopolio que se base exclusivamente en una ley "humana" sin atender a las leyes del mercado tiene escasas posibilidades de mantenerse en el tiempo. Los incentivos para violar la ley y convertirse en pirata son demasiado altos. Hasta hace poco, la industria musical tenía a su favor no sólo la ley de Propiedad Intelectual sino también la imposibilidad técnica de producir copias de calidad sin una inversión importante en tecnología.

¿Quiere esto decir que nos encontramos ante una industria en vias de extinción? Seguramente no, y espero que no. Pero sin duda va a tener que redefinir sus estrategias empresariales para poder hacer frente al nuevo entorno. La proliferación del "top manta" y del P2P da una serie de pistas sobre la dirección a seguir. La clave está en abaratar (brutalmente) el producto y pasar de las 50.000 copias a las 700.000. Tan solo algunas ideas...

Centrarse en lo sustancial y abandonar lo accesorio. Si compro música, compro música y no una portada o un libreto o una caja para guardar el CD. Eliminen todos esos elementos o, si acaso, hagan dos ediciones al estilo de los libros. Una de tapa dura (con caja, libreto, etc..) y una "rústica" donde el CD va metido en una bolsita, al estilo de las copias piratas.

Cobrar por lo que se ofrece. No tiene sentido que bajar canciones de los sitios legales cueste casi lo mismo que comprar el CD. Si venden bits, que cobren bits y lo que cuesta producirlos...

Aprovechar los puntos fuertes. La industria debe centrarse en sus ventajas respecto a los piratas. Un CD legal puede y debe ser más caro que uno pirata. Pero la diferencia debe ser el coste de las características diferenciales del producto: los derechos de autor, la garantía de calidad, el coste de comercialización.

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